Nuestra agitación política actual plantea algunos problemas con el Perú. Una mirada
No joda, se viene el 15F!
La de la JODA (Día de la Oposición de Derecha Apolocada. . . digo, Alocada) en nuestra patria más estúpida, comprometida con el Sagrado Corazón de Jesuribesús, con el blasfemo retrato pop de Doña Paloma.
En tal que tengamos fe, roguemos a Dios, pongamos velas a todos los santos patronos para que pase en total paz y que nadie muera.
Del lado sur, en el vecino Perú, la huelga general ilimitada es la del INCA, la Insurrección Nacional opuesta a los atropellos de la feroz, despiadada y sanguinaria dictadura que ya masacró a un centenar de personas en dos meses de manifestaciones, mítines y barricadas. .
Por una huelga a gran escala, una economía nacional puede colapsar, en el suelo, en las mismas cunetas del sótano del infierno. Mejor dicho, a la esmierde.
Todos pierden en la patria hermana: los fujimoristas y montecinos, los quechuas y aymaras, los campesinos y pueblerinos. Si en nuestra patria ocurriera algo así, perderíamos lo urbano y lo rural, los laforí y los ardilla lule, los sarmiento angulo y el Santo Domingo. . . Al mencionar este último nombre, todavía no puedo aludir al poeta Federico Santodomingo, así, atado como un clavo y mugre La hueste quijotesca de la revista literaria caribeña Mariamulata es el único Santo Domingo que no es rico.
Una huelga a gran escala puede ser una revolución en miniatura. No se deje llevar por la satanización del término, que no tiene etiqueta política. Hubo una revolución comercial burguesa, que comenzó en Europa a fines del siglo XVIII. Aquí teníamos la Revolución en curso -también capitalista- impulsada a través del liberal Alfonso López Pumarejo, en la era presidencial 1934-1938.
Otras fueron violentas, como la Revolución Francesa y la Revolución Bolchevique, con reyezuelos asesinados a bordo. Los procesos de independencia de las colonias en el 1800, en esas regiones, pueden llamarse simplemente «revoluciones criollas-hijuechapetonga», en el sentido de que fueron promovidos por descendientes de españoles por sus grandes ventajas y desventajas de los mestizos morenos, indígenas y negros.
Lo que pasó en el 2021 en Colombia con las protestas populares una micro-revolución. Llamémosle “rejuvenecimiento”, por el componente top de jóvenes que tuvo. Veamos temporalmente los determinantes del Rejuvenecimiento:
Veamos ahora los determinantes de la Revolución Inca imaginable:
Una síntesis realizada a través del politólogo peruano Carlos Meléndez, en entrevista con Deutsche Welle: “En Perú conviven la territorialización del enfrentamiento como en Bolivia, la inestabilidad presidencial que ha conocido Ecuador, el legado de una guerra civil con el narcotráfico como en Colombia, la penetración de poderes ilegales como en Centroamérica y la izquierda que se moviliza para acabar con la ‘constitución de la dictadura’ como en Chile. Véase la renuncia de Boluarte para salir de la crisis en Perú.
Al comparar los hechos, podemos que los primeros 3 temas de la sorpresa política colombiana son iguales a la situación peruana existente:
Ahora, hay alguna otra similitud, digamos en el campo electoral.
En Colombia como en Perú ha llegado un líder de elección al ejecutivo. Castillo en 2021, Petro en 2022.
En Colombia, Petro permitió gobernar. Hasta la fecha, esto desea ser aclarado.
No ocurrió lo mismo con el presidente Pedro Castillo en Perú, a quien le pusieron todavía mil y talanqueras. El instructor intentó cerrar el Congreso en diciembre pasado. La destitución explícita en violación del debido proceso. explosión en vivo en YouTube.
Gracias a la divina providencia de la mermelada, en nuestro país de solución de siglos y siglos, se ha formado una mayoría “habladora”, que incluye parlamentarios neoliberales, que obedecen por el momento a pocos juicios al orden perentorio para continuar en tono contemporizador.
¿Hasta cuando?
Quién sabe. . .