La línea roja de Torra a Sánchez: «El referéndum no es negociable y los términos y condiciones, deberá ser acordado»

«El referéndum es innegociable», aseguran fuentes cercanas al presidente de la Generalitat, Quim Torra. Esa será la línea roja que el jefe del Govern pondrá sobre la mesa este jueves en la reunión que mantendrá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ambos líderes se reunirán por primera vez, tras más de un año sin hacerlo, en el Palau de la Generalitat.

El entorno del líder catalán asegura que la negociación y posterior celebración de un referéndum, en un plazo máximo de 18 meses, será el primer escenario que Torra planteará a Sánchez. Conscientes de que el presidente del Gobierno cerrará la puerta a esa posibilidad, el Govern utilizará el ‘no’ de La Moncloa para subir el órdago y plantear como plebiscitarias las elecciones anticipadas que convocará a mediados de marzo o principios de abril. Detrás de toda esta estrategia, desde Bruselas, está Carles Puigdemont.

Paralelamente a convertir de nuevo en plebiscitarias las elecciones con el ‘no’ al referéndum, Quim Torra y JxCat usarán la negativa de Sánchez a negociar la independencia como baza para cargar contra sus socios de ERC. El encuentro entre Torra y Sánchez será, pues, el primer acto de campaña de los comicios catalanes. JxCat evidenciará que ERC cedió sus votos al PSOE a cambio de un diálogo inexistente.

Además del referéndum, el presidente catalán reclamará a Sánchez una amnistía general para todos los condenados por el golpe de Estado del 1-O. Es una de las muchas reivindicaciones del independentismo y de lo poco que, a día de hoy, une a los dos socios del Govern. Torra también exigirá la figura de un mediador, palabra que no quieren ni oír en Moncloa, para «negociar ya las condiciones» que permitan la celebración del referéndum de independencia que exige Torra.

El separatista, aunque sin la misma vehemencia con la que reivindicará el referéndum o la amnistía, también le pedirá a Sánchez el traspaso de competencias como la gestión del aeropuerto de Barcelona-El Prat o el pago de la deuda que, desde hace años, reclama la Generalitat.

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