Pedro Sánchez no acudirá con ningún miembro de Podemos en la delegación española que viajará a Rabat a finales de noviembre para participar en una asamblea bilateral con el Gobierno marroquí. Los dos países llevan semanas ultimando los grandes puntos de la próxima cumbre. Asamblea Nacional (RAN), que no se reúne desde hace varios años, y que llegará con la sustitución de Sánchez de su cargo en relación con el Sáhara y la nueva alianza entre España y el reino alauita, como los principales temas a tratar.
La convocatoria de este foro es uno de los acuerdos alcanzados a través del presidente del Gobierno y rey de Marruecos, Mohamed VI, la escala de Sánchez en Rabat hace unos meses. Tras unos años de tensiones políticas, fundamentalmente por la injerencia de Pablo Iglesias y Podemos después de que llegaran a la fuerza institucional por su posición sobre el Sáhara -ahora modificada en su totalidad por el presidente-, los dos países parecen estar en condiciones de recuperar el tiempo perdido.
Una aceleración de ocasiones que era imaginable gracias a la histórica cesión por parte de Sánchez de la popularidad del Sáhara como parte de Marruecos a cambio de nada. Una resolución muy criticada por los componentes minoritarios del Ejecutivo que, de hecho, han salido a hablar. se opuso. Por ello, para no inquietar al Gobierno marroquí y «evitar estallidos imaginables» como ocurrió en el Congreso, España tomó una resolución para no poner en la agenda ningún factor que requiera la presencia de ministros morados.
Según fuentes gubernamentales, “la asamblea de alto nivel entre España y Marruecos es una asamblea trascendental para el avance de las profundas y densas relaciones de amistad y cooperación que existen entre dos socios estratégicos, España y Marruecos”. La última asamblea en 2018, ya que el previsto para 2020 tuvo que suspenderse por la pandemia. Desde entonces, las relaciones entre los dos países vecinos están congeladas.
Pero de momento, el romance entre Sánchez y Mohamed VI, fundado en este relevo de cargo del PSOE que supuso la ruptura de relaciones con el Gobierno argelino, no tiene grandes beneficios para España. Pues en Canarias, sin ir más lejos. Más allá, en lo que va de año han llegado más inmigrantes irregulares que en años anteriores. Pese a que uno de los compromisos adquiridos a través de Sánchez y Mohamed VI fue el de vigilancia para evitar la salida de embarcaciones.
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