La nueva ola migratoria de argentinos que comenzó después de 2016 es similar en números a la de la crisis de 2001, cuando más de 33. 000 personas al año emigraron a España por motivos básicamente económicos.
Hasta 2019, más de un millón de argentinos vivían en el exterior, según datos de Naciones Unidas. La gran mayoría lo hacía en España, país con el que Argentina tiene lazos milenarios y culturales muy fuertes; Entre ellos, el idioma. Hoy, y desde 2017, llegan una media de 24. 000 argentinos al año a la Península Ibérica.
Los estudios de Patricia Jimena Rivero, cordobesa, socióloga y posdoctorante del Conicet, magíster en estudios sobre migraciones (Universidad Pompeu Fabra) y doctora en estudios sociales de América Latina, indican que la Argentina atraviesa una nueva ola de migración con un perfil de emigrante diferente al de los flujos pasados. Las definiciones no son concluyentes ya que el fenómeno en constante evolución aún está en estudio.
En todo caso, la movilidad de la población hacia otros países parece a priori la más joven de todas, con características específicas y otras propias de la mayor ola vivida por Argentina luego de la crisis de 2000 y 2001.
Las personas que se «mueven» también reportan una cierta tristeza y desencanto en su búsqueda de estabilidad económica en el país, pero también transitan por estilos de vida más desestructurados en el mundo globalizado y tecnológico, y necesitan vivir nuevas experiencias.
Los migrantes de los últimos años pertenecen a una cultura generacional acostumbrada a la mudanza, que no teme a los ajustes ya una vida más nómada que puede suponer irse, volver y, por qué no, volver a emigrar.
En ese sentido, el investigador explica que hoy en Argentina tenemos una tendencia a comunicar sobre el movimiento de los demás con cierta circularidad; es decir, de ida y vuelta y que no implique reposición de residencia permanente.
Si hay algo que caracteriza a los argentinos que viven fuera del país es que el concepto de volver es brindar su experiencia migratoria.
Rivero, quien vivió 10 años en Barcelona y luego regresó a Córdoba, comenzó a investigar el procedimiento de toma de decisiones de los argentinos que regresan de España para su tesis doctoral, motivado por su experiencia no pública.
Entre 2008 y 2015, más de 40. 000 argentinos regresaron de España, por diversas razones que van más allá del innegable hecho económico, que sirve como detonante. Hay otros que regresaron porque pensaban que Argentina tenía situaciones cachondas que les permitirían tener una posición inteligente a su regreso, y otros que lo hicieron por motivos afectivos o de círculo de familiares.
La tesis doctoral de Rivero muestra que, en términos cuantitativos, Argentina registra uno de los mayores retornos de flujo de la región.
Según el Padrón Continuo de Habitantes del Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta el 31 de diciembre de 2007 residían en España 290. 281 personas nacidas en Argentina, mientras que a finales de 2015 esta cifra se había reducido a 249. 863. Es decir, » más de 40. 400 argentinos y argentinas ya no vivían en España; probablemente por haber regresado a Argentina, posiblemente también habrían tomado la decisión de migrar a otros destinos”, dice el investigador.
Ha habido retornos permanentes y transitorios, pero se han quedado en España más personas de las que han regresado. “Muchos retornados a Argentina después de 2008 para regresar. Eso no se puede obviar del análisis”, puntualiza Rivero.
En los últimos cinco años, los flujos de inmigración a España han vuelto a aumentar; A partir de 2017 se acumulan los registros de destino, que alcanzaron un volumen importante hasta 2020, año de la pandemia.
“Aunque no estamos ante cifras como las de 2002, 2004 y 2005, el llamado ‘corralito’ (con 33. 000 nuevos inmigrantes acordes con el año), ubicamos 24. 000 y 25. 000 entradas anuales en 2019 y 2021. Un volumen vital a la luz de la historia de la migración de argentinos a España», señala Rivero.
El conocimiento surge de un trabajo conjunto con Fernando Esteban, profesor de la Universidad de Valencia, quien desde hace años es el fenómeno de los argentinos en España.
Hay todas y cada una de las explicaciones de por qué la tendencia continuará en 2022, ya que los contextos de encanto y expulsión existentes son similares, al igual que la evolución de la economía y el mercado laboral, a los de 2001.
¿Cuántos argentinos viven en el exterior y cómo se mueven?Rivero explica que hay más de un millón de argentinos en el exterior. España y Estados Unidos han sido los lugares favoritos.
“La tendencia de esos flujos antes de la caída de las Torres Gemelas en 2001 era Estados Unidos como principal destino, pero las políticas restrictivas de acceso de Estados Unidos han redirigido la emigración a España. Es desde aquí hasta hoy que se convierte en el principal destino de argentinos», dice Rivero.
Se estima que unas 25. 000 personas más abandonan el país al año sólo para España de forma temporal o permanente, con fines no turísticos.
Muchos provienen de los sectores medios, con estudios secundarios completos y estudios superiores y universitarios. Pero las investigaciones aún no son concluyentes y Rivero considera que es obligatorio seguir pintando al perfil principal tras la pandemia y que emigra con pasaporte europeo, especialmente español o Italiano.
Rivero explica que los movimientos de otras personas están atravesados por diversas dimensiones y signos que son interdependientes, sin ser compartimentos estancos.
Conceptualmente, «migración» se refiere a movimientos geográficos indefinidos; es decir, otras personas que salen de su país y no saben cuándo regresarán. En general, este desplazamiento está conectado o motivado por las crisis económicas, la represión y la dictadura, por falta de probabilidades o por la dificultad de vislumbrar un futuro.
“Movilidad”, en cambio, se refiere a la transitoriedad o movimientos breves. Las personas realizan viajes repetitivos, multidireccionales e incluso circulares, solo entre dos destinos y más aún.
Este tipo de migración, explica Rivero, no es inusual entre profesionales altamente profesionales que van y vienen por motivos profesionales. Son de una duración constante.
“Cuando la motivación es económica, otras personas migran como una estrategia de movilidad social, es decir, para no desperdiciar su posición de elegancia o para potenciarla. Esto obviamente se reflejó en la migración económica que se dio primero con la crisis de la hiperinflación, luego con el señalado ‘corralito’. ‘, que fue el mayor éxodo sin precedentes que ha vivido Argentina», explica el investigador.
La de 2001 una “migración económica”, con perfiles heterogéneos de emigrantes en relación al punto de escolaridad o clase social.
Esta ola llegó luego de otras que vivió la Argentina por los desórdenes de la represión y la dictadura, como la de Juan Carlos Onganía (1965) y la iniciada con Jorge Rafael Videla (1976).
“Si bien esto no significa que otras personas no estuvieran migrando por razones económicas en ese momento, la característica distintiva que marcó esas dos etapas fue la migración altamente calificada”, dice Rivero.
Con Onganía salen del país científicos y profesores (durante esta década se empieza a hablar de «fuga de cerebros») y con la dictadura de Videla comienza el exilio político que se prolonga hasta la vuelta de la democracia en 1983: artistas, intelectuales, pensadores y también investigadores. Este éxodo es mayor en cantidad que el anterior.
Luego llegó aquí la migración económica motivada por las crisis políticas e institucionales, la hiperinflación y el “corralito” en un mundo globalizado (1984-2004).
Posteriormente, de 2005 a 2020 se observaron migraciones y movilidades con ciclos de recuperación (2005-2015) y crisis (2016-2019) de la economía argentina, con un fortalecimiento de la fórmula clínica y tecnológica y fórmulas de repatriación de científicos.
Rivero insiste en que en todas y cada una de las oleadas migratorias hay características principales pero coexisten perfiles y motivaciones.
Como se ha señalado, la tendencia que caracterizó al corralito fue la huida por motivos económicos en medio de una profunda crisis política, social e institucional. Hoy, la emigración tiene otros matices epocales, también está plagada de desencanto, malestar económico y descreimiento en las instituciones. .
«Vivir la fiesta en Europa» es también una motivación, como lo es la fuerte demanda de empleo en España, especialmente en el sector servicios, y las nuevas facilidades para la integración de los extranjeros en el mercado laboral español tras la reforma de la ley de extranjería .
La doble nacionalidad y el pasaporte europeo tienen en los últimos años el máximo tesoro valioso para quienes desean emigrar con los papeles que les otorgan la ciudadanía y les permiten entrar a Europa por la puerta grande.
La investigadora Patricia Jimena Rivero explica que la posesión de un pasaporte tiene significados simbólicos y concretos, ligados a raíces y derechos.
“El pasaporte o titularidad de la doble nacionalidad es un bien vital, una meta, un logro para unos, mientras que para otros es la búsqueda de una identidad, una forma de reconstruir la genealogía de la memoria familiar”, dice Rivero.
En todo caso, representa el privilegio de ser de dos estados.
Tener dos nacionalidades, dice el experto, aumenta significativamente el porcentaje de capital; es decir, redes, vínculos y contactos que son puerta de entrada a otros capitales, económicos, culturales o simbólicos.
Un artículo de Rivero y Candelaria Martínez –investigadora de la Universidad Nacional de Villa María– publicado en la revista clínica española Methaodos sobre los significados que tiene la ciudadanía (adquirida por ascendencia o por estancia migratoria) para los argentinos que regresan de España, coincide en que permite construye «nueva burocracia de capital círculo de familiares, y facilita la opción de nuevas movilidades geográficas y de transformación hacia otra burocracia de capital (humano, financiero, social)». compensar las deficiencias de la nacionalidad «original».
El pasaporte europeo facilita la migración de los retornados en caso de incertidumbre. Es un «tesoro» único, privilegiado e intransferible.
La crisis económica mundial iniciada en 2008 redujo la emigración de argentinos y generó un «boom de regreso», entre 2009 y 2015, de España al país. Este regreso ha contribuido definitivamente a Argentina.
Según la Encuesta de Migraciones, que mide los flujos migratorios y visualiza tendencias, entre 2008 y 2014 (con picos en 2009 y 2010) regresaron unos 13. 000 migrantes argentinos residentes en España.
Los estudios de Rivero indican que a partir de 2015 los desplazamientos se han reducido a la mitad y con ellos se inicia una nueva etapa migratoria caracterizada por el fin de las ida y vuelta y un aumento extra de la emigración a España. En 2020 se produce una nueva ida y vuelta, que solo puede estar relacionado con restricciones, bloqueos y la caída del empleo al comienzo de la pandemia.
¿Cuáles son los beneficios de regresar? Por un lado, dice Rivero, enviar dinero en efectivo de los que se quedaron en España, ahorrar para construir un espacio o hacer otro tipo de inversiones.
Quienes regresan, al mismo tiempo, “traen” fondos socioculturales, es decir, capacidades, habilidades, sabiduría de otras culturas, ideas, creencias, valores, tácticas de ser y vivir que dan un aporte a los procesos de innovación.
“La vuelta trae beneficios”, dijo Rivero, refiriéndose a todos los reingresos. Los reingresos clínicos no solo regresan con una sabiduría que aumenta bien las capacidades de estudio e innovación del país, sino que todos “aportan algo” a otros espacios donde se expanden. sus vidas: familia, trabajo, entre otros. En otras palabras, la experiencia migratoria tiene efectos en la estructura de nuevos saberes para la sociedad de origen.
«¿Por qué se dice que los países de origen ‘pierden’ cuando otros conocedores se van?Porque han invertido en su educación y esos recursos humanos no aplican o ‘devuelven’ la sabiduría adquirida en su país de origen; se les llama ‘capacitados'». la migración”, explica Rivero. Los otros educados son un activo estratégico para los países de origen, ya que de ellos depende la educación de las nuevas generaciones, además constituyen una masa crítica y estimulan procesos de innovación en la sociedad.
La cordobesa de nacimiento, Verónica Gómez (28), licenciada en comercio exterior, tenía un trabajo en Córdoba hace un año que le permitía tener su automóvil y sola, sin compartir casa, cubrir sus gastos.
Pero en agosto de 2021 se fue a “probar suerte en Europa”, lo que buscaba desde hacía mucho tiempo. Así empezó su vida en Madrid, donde se instaló para hacer un máster.
Verónica cuenta que mientras preparaba los papeles para el visado de estudiante, que le permitiría mudarse a España, trabajaba de camarera en un bar que promocionaba empanadas argentinas los fines de semana. Pagaba, dice, «unos 400 euros al mes, que ni siquiera para pagar el alquiler del piso que compartía con otras chicas, a las que no conocía».
Gómez dice que vivía en «barrios por los que no se pasa» o utilizaba el transporte público, al que tampoco estaba acostumbrada.
Regresó a la localidad cordobesa la semana pasada. “ Ahora estoy empezando de cero”, dice. Ya ha comenzado por un nuevo trabajo. En España gastó todos sus ahorros. Luego de esta experiencia, Verónica cree que «va a comprobar tu suerte, no existe» y cree que «estar ahí no es la solución al problema, pero hay que irse de la Argentina».
“Aquí llegué de vuelta porque gasté todos mis ahorros y planteé que no te vayas sin organización previa ni papeles. No sabía que iba a ser tan difícil”.
“Me fui en el 2000 y llegué allá por el 2008 de mis familiares, que estaban en Argentina”, dijo Gustavo Bidela, de 47 años, quien luego emigró a Estados Unidos y ahora vive en Río Tercero y trabaja como chofer de emergencias. Sociedad Médica.
Su fiesta estaba relacionada con la búsqueda de una mejor situación económica en esos años. «Conocía a otras personas que estaban allí y fui a intentarlo. Trabajé en un club donde limpiaba todas las instalaciones. También en una empresa de señalización y en la pintura espacial», dice.
Lo que ganaba le permitía vivir modestamente en un apartamento que compartía con otros en la ciudad de Tampa, y enviaba dinero en efectivo a su familia.
Aunque todavía sostiene que «es conveniente salir del país», en su caso regresó porque sus jóvenes vivían en Argentina. «Irse es un sacrificio porque te quedas en tu país, tus amigos, tu familia», dice.
Gustavo dice que su hijo mayor se va a Canadá porque, dice, el joven “se enoja, se mata leyendo y no encuentra un trabajo digno y bien pagado”.
El riotercerense está convencido de que puede conseguir un trabajo mejor pagado en el exterior, aunque dice que tiene que estar preparado para trabajar en otros campos. «, bromea.
Mientras estuvo en Estados Unidos, Gustavo trabajó y almacenó para alistar un departamento para la reunificación familiar, lo cual sucedió. Pero finalmente regresaron.
Bidela admite que él también volvió aquí porque no podía estar lejos de sus hijos.
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La voz desde dentro. Fundada el 15 de marzo de 1904. LaVoz. com. ar. Lanzada el 21 de septiembre de 1996. Año 24. Edición N° 9540. Registro Intelectual 56057581. Domicilio legal: La Voz del Interior 6080 – Código Postal: X5008HKJ – Córdoba, Argentina. Propietario : La Voix de l’Intérieur SA. Director General: Juan Tillard. Director: Carlos Hugo Jornet. Editor: Carlos Hugo Jornet.
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