Ningún partido político, ni de izquierda ni de derecha, pensará jamás en compensarnos de una forma u otra, los que nacimos en los años 50 y 60, en pleno franquismo, nos iniciamos en la pintura a los 10 o 12 años, habiendo dejar la escuela porque no podemos compatibilizarla, informarnos una industria y dar un aporte a levantar el país, como lo hicimos nosotros. Sin aportar nada al Seguro Social, como fue mi caso, hasta los 18 años. Esos primeros seis años de cuadros duros no me sirvieron, solo para llevar cualquier cosa a casa. Quiero decir, cuando llega el momento de empezar a cazar en la pensión, ahí es donde estoy. Me doy cuenta de que les cuesta menos cuadros para comprar. los jóvenes votan con 400 euros, como quiere Sánchez, o con 20. 000, como pretende hacer Yolanda Díaz. Es decir, dar esa suma gigante a los que acierten en la mayoría de edad, como si les hubiera tocado la lotería o ganó una herencia de sus abuelos.
Hay mucha ayuda para que los jóvenes busquen o alquilen una casa, pero nada como decirles que les darán lo que vale un automóvil inteligente o una motocicleta de gran capacidad, cuando se necesitan votos para posicionarse, como es el caso de Yoli los angeles Modelitos, que desde que llego al gobierno vive en un piso de lujo en pleno centro de Madrid con todo pagado y tendra que tener un vestuario que no es ni el maximo estilo buscado en el mundo No necesita jóvenes comerciantes que se sacrifiquen leyendo o aprendiendo un oficio, sino una clientela que la ayude a convertirse en la primera mujer presidenta de España. La gallega nunca pensará que, como Ministra de Trabajo, sólo puede pensar en resarciéndonos de una u otra forma a los explotados del franquismo, que ahora tendrán que vivir con 850 euros al mes, como será mi caso dentro de unos meses. Es decir, nos condenamos a tener que inventarlo todo. para no caer en la máxima miseria denigrante, después de parte de un siglo de duro trabajo mal pagado.
Necesita comprar, con mi plata, seguir en el lujo y hasta el nivel. Con mi voto seguro que no, porque primero lo tiraría por el retrete. pequeño apartamento o labrarme una larga carrera escribiendo flamenco por una miseria y, de paso, sin ningún derecho como trabajador.