Mi gato sí necesita comer su comida, ¿cuáles son las causas?

La elección adecuada de la comida para gatos es esencial para mantener su salud y bienestar. Se recomienda que los gatos tengan siempre su bol lleno de comida, para adaptarse a su naturaleza nocturna y evitar problemas en el aparato urinario. Los alimentos húmedos, con su alto contenido de humedad, son generalmente más aceptados, aunque los alimentos secos también pueden ser una opción viable con mejoras en ingredientes y procesos de cocción. Pero, ¿qué pasa cuando nuestro gato deja de comer o no le gusta la comida que le damos? La razón no siempre obedece a un problema de salud. Y es que nuestros felinos son muy caprichosos y estarán esperando que les des la comida que más les gusta. Ahora bien, eso no quiere decir que ante un cambio de apetito no debamos observar a nuestro michi para detectar cualquier enfermedad. Te lo cuenta Josep Campmany, vets marketing manager de Affinity Petcare. 

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Se aconseja suministrar a los gatos comida «ad libitum», permitiéndoles acceder a la comida a su discreción durante el día, y especialmente durante la noche, cuando pasan al comedero el máximo para comer pequeñas cantidades debido a su carácter nocturno. usarlos sólo una vez al día puede aumentar el riesgo de sufrir trastornos en el sistema urinario, que es particularmente delicado en los felinos.

Los alimentos húmedos suelen gozar de una mayor aceptación en comparación con algunos alimentos secos, debido principalmente a su alto componente en humedad (% agua). No obstante, es importante destacar que las mejoras en los ingredientes, recubrimiento y proceso de cocción de los alimentos secos hace que estos puedan competir exitosamente en ocasiones con la alimentación húmeda.

Una de las ventajas de la alimentación seca es que, si se opta para ofrecer alimento a lo largo de todo el día, esta consigue mantener las mismas propiedades de manera constante, no es así, en cambio, con la alimentación húmeda.

Además, resulta importante verificar el valor nutricional de cada alimento. Mientras que los alimentos secos suelen ser 100% completos y equilibrados, el húmedo en algunas ocasiones no lo es. Esta información se puede encontrar en los envases de los productos, donde debería indicarse claramente “Alimentación completa y equilibrada” en lugar de “Alimentación complementaria”.

Una opción inteligente es optar por una dieta combinada. Se trata de la práctica de proporcionar alimento seco y lluvioso en la dieta del gato. Esta técnica permite disfrutar de los beneficios de ambos tipos de alimento: enriquecimiento del entorno al proporcionar una variedad más amplia. de sabores y texturas, salud dental, hidratación, control de peso, etc. Siempre respetando las cantidades y porciones adecuadas, alineadas con las necesidades del gato.

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La tendencia de los gatos a cansarse de la comida se atribuye a sus hábitos alimenticios únicos. Los gatos suelen consumir pequeñas porciones de comida a lo largo de las 24 horas del día, y especialmente durante la noche por su comportamiento carnívoro e instinto cazador. Además, su característica neofílica o la obsesión de probar cosas nuevas, también influye a su comportamiento alimenticio.

Los gatos son animales muy especiales, y esta regla se aplica a cada uno de ellos individualmente. Su aguda sensibilidad al sabor los hace vulnerables a una amplia variedad de variables que afectan la aceptabilidad de su dieta. Factores como temperatura, humedad, ruido, olores, ubicación del comedero. , etc. Pueden influir en el apetito del gato en cualquier momento.

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No hay que preocuparse si un gato no come a una hora expresa o incluso durante el día, ya que es un animal que se alimenta habitualmente de múltiples alimentos y pequeñas cantidades (instinto de cazar presas pequeñas) y sobre todo de noche. Sólo si el Un gato pierde peso implicará que queremos tomar medidas correctoras relativas a la dieta.

Es fundamental valorar el estado físico del gato para conocer su estado físico. Al acariciar al gato debemos sentir las costillas palpables al tacto, no visibles, obviamente practicar la longitud y que la cantidad de grasa abdominal sea mínima. La línea del estómago merece ser visible, no horizontal al suelo, sino convergente. En definitiva, sólo una pérdida de peso notable puede preocuparnos en el caso de que no comamos.

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