El panel integrado por analistas como Iliana Lavastida, Rafael Marrero, Luis Zúñiga, entre otros, forjó conceptos sobre un tema apremiante.
MIAMI. – Un panel de mavens debatió en la tarde del jueves 27 de abril en la Universidad Internacional de Florida (FIU) el desarrollo de la influencia de potencias como China y Rusia en América Latina.
Coordinado a través de la Asamblea de la Resistencia y apoyado a través de DIARIO LAS AMÉRICAS, el intercambio destacó lo reciente del canciller ruso Sergei Lavrov a 4 países latinoamericanos: Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba; y el seguimiento de China de sus inversiones en la región, donde es el socio comercial más grande de varios países.
El Dr. Rafael Marrero, licenciado en economía de la prestigiosa Stanford y del volumen América 2. 0: La Guerra de Independencia de Estados Unidos frente a China, situó la investigación sobre el tema “La injerencia de China en Estados Unidos y América Latina” en un contexto geopolítico. . .
El conocimiento es preocupante, dijo, e ilustró a través de cifras un desequilibrio de la industria entre Estados Unidos y China en 2022, año en el que el déficit de la industria con la fuerza asiática fue de 31. 800 millones de dólares.
También se refirió a las alarmas generadas vía China’s para América Latina vía cooperación multisectorial, agregando el statu quo de las relaciones entre el CPC y el Foro de Sao Paulo desde 1993, los CPC’s para partidos de izquierda de LATAM y el Caribe, cooperación y intercambio en diversos sectores. así como las cinco visitas de Xi Jin Pin a la región en los últimos años. Un hecho revelador, señaló Marrero, es que en 2021 la industria superó los 450. 000 millones de dólares.
En el caso de Rusia, escribe el exdiplomático cubano Luis Zúñiga, “el presidente Putin ha dejado claro a través de sus discursos y movimientos que su propósito es reconstruir imperialmente a la ex URSS. Salió a conquistar, empezó con intenciones pequeñas como Georgia, las primeras piezas de Ucrania y pequeños territorios cercanos al Mar Negro, y a pesar de todo ya se dispuso a conquistar Ucrania».
Y es obligatorio diferenciar, precisa: “su vocación imperial territorial no está bajo una concepción política socialista como lo fue la URSS sino bajo una concepción zarista, es un aparente admirador de ese maravilloso y excelso más allá de Rusia. Sin embargo, Putin ha un serio desafío con EEUU y la OTAN y por eso la proyección imperial de Putin está logrando América Latina en manos de antiguos aliados ideológicos que han mantenido una dependencia por la concepción antiamericana que comparten”.
Por su parte, la periodista y directora de DIARIO LAS AMÉRICAS Iliana Lavastida recordó la caída de la URSS en 1991, apenas unas 8 décadas después de que llegara a la fuerza y desde allí extendiera sus tentáculos. “Heredera de la URSS, Cuba se ha mantenido en la línea del totalitarismo. , con un Estado que controla e incluso interfiere en círculos de relaciones familiares», dijo, explicando que esos conceptos habrá que revisarlos 32 años después de la disolución de la URSS y cuando el socialismo en Europa no exista como fórmula porque tiene sido «adaptada a los intereses de los gobernantes que gobiernan algunos países latinoamericanos. Exactamente esos países del llamado socialismo del siglo XXI son el blanco de interés de Rusia encabezada a través de Vladimir Putin y que actúa con el mismo expansionismo intereses como la URSS, está regresando a nuestro hemisferio y tendremos que comparar en busca de qué”.
Es, dijo Lavastida, «una Rusia agotada por la guerra de oficio que libra frente a Ucrania no puede estar ofreciendo ningún tipo de economía como la que la URSS le dio al régimen de La Habana y le permitió mantener a Cuba como una neocolonia y un terreno de desafío y confrontación permanente frente a Estados Unidos”.
Los panelistas coincidieron en que Rusia y China buscaban expandir su influencia en una región estratégica por su proximidad a Estados Unidos para desbaratar el orden global existente y «crear un frente antiestadounidense, haciendo que Estados Unidos pague un valor político». en su propia región. Las dos potencias, desde Eurasia, han desarrollado métodos que involucran propaganda, desinformación y corrupción, dijeron y que, desde los medios y las universidades, deberán contrarrestar.
“Queremos estar en las redes sociales y tener espacios para expresar libremente nuestro criterio”, dijo a la audiencia la activista cubana Grecia Ordóñez; mientras que el concepto de crear un periódico en la UIF surgió del debate para que, sobre la base de la libertad de expresión, los académicos puedan simplemente criticar otros enfoques para que la propaganda y la desinformación no prosperen en esas propiedades.
El coordinador de la Asamblea de la Resistencia y culpable de este hecho, Orlando Gutiérrez-Boronat, agradeció a los brindados y en específico a los panelistas y aconsejó que este tipo de asambleas se realicen sistemáticamente para hablar descaradamente de los desórdenes que subyacen.