El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dirige esta semana a Pekín para reunirse con Xi Jinping. Lejos de la importancia que debe darle Moncloa, la escala en ella forma parte de una circular de invitaciones del presidente asiático a los líderes europeos. Antes, el alemán Olaf Scholz fue convocado, y en los próximos días también estarán presentes Emmanuel Macron y Giorgia Meloni. Tras filtrarse a la prensa la invitación de Xi Jinping, el equipo de Sánchez repitió a los periodistas que “esto es de una importancia maravillosa para lograr la paz en Ucrania”.
Sin embargo, el Gobierno se ganó un «gran susto» hace unas semanas, cuando el enviado de Xi Jinping ignoró a España sus vacaciones en Europa. : Francia, Alemania, Italia, Bélgica y Hungría. No acudió con ningún representante español, lo que disparó las tensiones en Moncloa ante la opción de que Pedro Sánchez fuera excluido de las invitaciones a China. Es una escala en la que llevan tiempo meses, y que ahora Moncloa acaba de vender como una jugada a través de Xi Jinping al presidente español para convertirse en un mediador de primera en el proceso de paz que ponga fin a la guerra en Ucrania.
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